El pasado 23 de junio, la UNESCO publicó el cuarto Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, en el marco del cumplimiento de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, “Todos significa todos”. En dicho informe se muestra la real magnitud de la exclusión educativa, la cual ha aumentado con la crisis sanitaria desatada con la pandemia del COVID-19, incrementando las desigualdades.
UNESCO destaca que solo Chile y Paraguay poseen leyes de inclusión entre los países de la región, las cuales llegan a todos los estudiantes. Por esto es que su Directora General, Audrey Azoulay, plantea la necesidad imperiosa de avanzar en la construcción de una educación más inclusiva. En Chile y México, para superar la segregación social existente, sería necesario reasignar a otras escuelas, al menos, a la mitad de los estudiantes y con ello lograr una mezcla socioeconómica más igualitaria. En muchos países aún persisten importantes grados de exclusión y segregación, producto de la desigualdad socioeconómica y étnica; en este último caso la situación es mucho más alarmante todavía.
En este sentido, la diversidad no se ve reflejada en la escuela; por ejemplo, muy pocos países reconocen el lenguaje de señas como lengua oficial, la infraestructura es inadecuada para estudiantes con discapacidad, faltan docentes bilingües para atender a las minorías étnicas, persisten las brechas de género, entre otros aspectos vinculados con la atención de las necesidades de las y los estudiantes.
Por todo lo anterior es que el Director del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, Manos Antoninis, sostiene que la crisis sanitaria del El COVID-19 “…nos ha dado una verdadera oportunidad de repensar nuestros sistemas educativos. Pero pasar a un mundo que no solo valore, sino que acoja la diversidad no ocurrirá de la noche a la mañana”.
Toda sobre este nuevo informe en: https://es.unesco.org/news/GEM-Report-2020