El cierre temporal de los establecimientos escolares producto de la pandemia que afecta al mundo ha implicado el cambio de las rutinas y ha alterado los ritos tradicionales en los distintos ámbitos de la vida. Obviamente, la educación no ha estado ajena a ello y las consecuencias las han debido enfrentar los diversos actores del sistema.
Hay un grupo específico que le ha tocado vivir esta situación sin precedentes; son las y los jóvenes que el año 2020 egresan de cuarto año medio. Sus testimonios dan cuenta de una frustración por no poder vivir la experiencia del último año escalar como tradicionalmente se ha hecho. Las últimas clases, los últimos recreos, el último uniforme, el preuniversitario, la despedida de las y los profesores, el polerón de recuerdo, la despedida de los terceros medios; con este largo paréntesis también surgen las preguntas: cuándo vuelven las clases presenciales, habrá ceremonia de licenciatura, se hará la fiesta de graduación, qué pasará con los estudios superiores y tantas otras interrogantes.
Junto a todo lo anterior, las y los jóvenes declaran que la experiencia de clases a distancia no los motiva y los tiene agotados, les provoca molestias. Las clases frente a una pantalla no les resultan gratificantes y lamentan que las y los profesores no tienen respuestas, pues las cámaras se mantienen apagadas y no hay interacción.
Toda esta situación ha generado grandes vaivenes emocionales en las y los estudiantes; declaran que pasan con mucha facilidad de un estado a otro, el encierro las y los ahoga, sienten que a veces no tiene ganas de hacer nada y todo se les hace muy difícil. Tampoco tienen claridad que pasará cuando vuelvan a clases y si ello será fácil.
Conozca el testimonio de las y los estudiantes aquí: https://www.latercera.com/que-pasa/noticia/es-triste-no-me-siento-en-cuarto-medio-el-dramatico-relato-de-los-mas-de-250-mil-alumnos-en-el-ultimo-ano-de-colegio/WIR2LZM525ACPFJ25UEFYDR6FI/