El cierre regional del Plan Nacional de Tutorías en la Región del Libertador Bernardo O’Higgins, realizado en Rancagua coronó su implementación con amplia valoración por sus resultados y puso énfasis en un aspecto clave para la sostenibilidad de esta política pública: la autonomía de las comunidades escolares para establecer el plan como una política permanente. Durante la jornada, se destacó el rol que pueden jugar diferentes instituciones en este proceso, así como la importancia de identificar y formar tutores internos que permitan mantener vivo el espíritu colaborativo que ha caracterizado a la iniciativa.
La Seremi de Educación, Alyson Hadad, valoró los avances logrados durante el plan, que benefició a 115 establecimientos de la región y más de 5.000 estudiantes entre primero y tercero básico. De esta forma, la autoridad subrayó el rol que cumple el trabajo interinstitucional en la construcción de comunidades escolares más autónomas y colaborativas. “Estamos muy contentos porque estamos dando un cierre a una intervención que ha sido muy exitosa. Reconocemos que esa es la forma, aquí los colegios, las escuelas no pueden hacer todo el trabajo solos ni las familias, ni cada una de las instituciones que estamos trabajando para el bienestar de nuestros niños y niñas. Por eso valoramos que la colaboración es el camino”, afirmó.
Uno de los ejemplos más significativos de esta proyección fue el de la Escuela Contramaestre Constantino Micalvi de Las Cabras, que tras participar activamente en el Plan Nacional de Tutorías, hoy avanza hacia la autonomía con la implementación de su propio Programa Escolar de Tutorías (PET), una estrategia que busca integrar las tutorías como una práctica pedagógica permanente al interior del establecimiento. María Teresa López, jefa de la Unidad Técnica Pedagógica, explicó que “el año pasado tuvimos una tutora externa y este año nosotros lo consideramos como autogestión. Ajustamos la carga horaria que tenía cada docente, por lo tanto, lo incorporamos así; no hubo gente de afuera para ejecutar las tutorías. Ojalá todas las escuelas siguieran este mismo camino”.
Durante el encuentro también se reconoció el rol articulador del Programa Interdisciplinario de Investigaciones en Educación (PIIE), que ha impulsado espacios de colaboración entre instituciones públicas, privadas y comunitarias. Uno de los aportes destacados fue la presentación del Mapa de Redes para la colaboración y el desarrollo de tutorías escolares, una herramienta que fue diseñada para facilitar la vinculación entre escuelas y actores territoriales clave. Celeste Soto, profesional de apoyo a la Coordinación Territorial del Plan Nacional de Tutorías en O’Higgins, valoró esta iniciativa como una pieza clave para fortalecer el sistema educativo: “Tratamos de vincular a las escuelas con organizaciones que estén cerca de su territorio, pero también con la posibilidad de buscarlas a nivel nacional, entonces el mapa es una ayuda de vinculación. Nuestra idea es poder acercar las instituciones con las escuelas”.
El evento concluyó con una invitación abierta a proyectar estas redes, reconociendo que la continuidad del plan durante este año será una oportunidad para profundizar la colaboración interinstitucional y consolidar aprendizajes. De esta forma, la experiencia en O’Higgins reafirmó que el trabajo autónomo de las escuelas, apoyadas por un ecosistema colaborativo, generó que los procesos educativos no solo se fortalecieran, sino que también se transformaran.