Sobre la base de proyectos FONDECYT adjudicados en la última década, el equipo de Equidad en Educación (https://www.equidadeneducacion.cl/) asociado al PIIE y al Instituto Interuniversitario de Investigación Educativa (IESED-Chile), ha centrado su quehacer académico en torno a dos temáticas principales: las inequidades en el acceso a la educación superior, y el impacto de las ayudas financieras en las distintas etapas de las trayectorias universitarias (Acceso, permanencia, desempeño y resultados).
En la primera línea de investigación se ha profundizado en la relación entre las desigualdades sociales de origen y el acceso a la educación superior. Un primer paso fue el análisis del rol que cumple la Prueba de Selección Universitaria (PSU) en la exclusión de los estudiantes de bajo nivel socioeconómico de las universidades selectivas. En el estudio “The Impact of Non Cognitive Factors on Admission to Selective Universities the Case of Chile” (Educational Review) se constató que los estudiantes de colegios municipales, de la modalidad técnico profesional y de bajos ingresos familiares obtienen menores puntajes en la PSU y, como consecuencia, quedan fuera del proceso en la etapa de postulación. Sin embargo, las diferencias entre estudiantes en función de su origen transcienden a la PSU. En el artículo titulado “Segmentation in higher education in Chile: Massification without equality” (Higher Education Quarterly), se concluye que, incluso teniendo el mismo desempeño académico, los estudiantes provenientes de distintos contextos socioeconómicos siguen caminos diferentes al ingresar a la educación superior. Destaca en este sentido que los estudiantes de familias con altos ingresos o que egresaron de establecimientos privados prefieren en mayor medida un selecto grupo de universidades privadas de alta selectividad.
En la segunda línea de investigación se ha analizado el rol de las ayudas estudiantiles en la reducción de las brechas de inequidad a lo largo de las trayectorias académicas de los estudiantes universitarios. En este contexto, la gratuidad ha sido un objetivo de análisis principal para el equipo, considerando su reciente implementación a contar del año 2016 y la relevancia que ha adquirido desde entonces como mecanismo de financiamiento. Un primer análisis consideró su impacto en el acceso a la universidad. En esa perspectiva, en el estudio titulado “Did free tuition change de choices of students applying for university admission?” (Higher Education) se concluyó que, tras su implementación, no cambiaron de manera importante las preferencias de los estudiantes que postulan a las universidades agrupadas en el Sistema Único de Admisión (SUA). Solo se identificaron diferencias en términos de costos, pero no en cuanto a la duración de las carreras o la selectividad de las universidades a las que postularon los estudiantes. En base a los hallazgos alcanzados acerca del rol de la PSU, hipotetizamos que, si bien gracias a la gratuidad los estudiantes de los primeros deciles de ingresos tienen la posibilidad de estudiar de manera gratuita, siguen necesitando alcanzar cierto puntaje para entrar a las universidades y carreras más selectivas. Por lo tanto, la gratuidad ha sustituido a los antiguos créditos y becas para quienes logran superar la barrera que significa la PSU, sin modificar estructuralmente el acceso.
Con posterioridad, el foco de investigación transitó hacia la evaluación del impacto de la gratuidad en las trayectorias dentro de la universidad. Al considerar la relación entre gratuidad y permanencia, en el artículo “The effects of free tuition on the persistence of university students in Chile” (International Journal of Educational Development) se encontró que la gratuidad tuvo un impacto positivo en contraste con los créditos existentes (Crédito con Aval del Estado y Fondo Solidario de Crédito Universitario). Sumado a lo anterior, también concluimos que tuvo un impacto negativo durante los primeros años en comparación con quienes contaban con la Beca Bicentenario. Dado que algunos programas como la Beca Bicentenario exigen a sus estudiantes un puntaje mínimo en la PSU, así como la mantención de un cierto nivel de desempeño académico dentro de la universidad, surgió la pregunta acerca de la asignación de ayudas estudiantiles en función del mérito. Específicamente, nos preguntamos acerca de la pertinencia de asignar beneficios estudiantiles sobre la base de los puntajes obtenidos en las pruebas de admisión a la universidad, los cuales se encuentran íntimamente relacionados con el origen social de los estudiantes.
Considerando los últimos proyectos FONDECYT adjudicados, enfocados principalmente en el estadio de resultados (inserción laboral, satisfacción con el empleo y la formación recibida, matching entre formación y empleo, retornos, entre otros) de la trayectoria universitaria, el equipo de Equidad en Educación pretende seguir profundizando en las desigualdades de acceso a la universidad que se manifiestan tras la titulación. En este ámbito, una línea de análisis se refiere a la segmentación socioeconómica de las universidades y su influencia en las oportunidades laborales de los titulados universitarios y, de manera más general, sobre sus posibilidades de movilidad social. Estas investigaciones no solo pretenden llenar un vacío de conocimiento a nivel nacional sobre el tema, sino que también contribuir al perfeccionamiento de las futuras políticas públicas e institucionales para avanzar integralmente en materia de equidad en la educación superior.
Por, Equipo de Equidad