Organizado por el Programa Interdisciplinario de Investigaciones en Educación (PIIE), el Instituto Interuniversitario de Investigación Educativa (IESED) y el Colegio de Profesoras y Profesores de Chile. Durante tres días, este evento reunió a destacados académicos, docentes y líderes educativos para reflexionar sobre la educación, la resistencia y el liderazgo educativo desde una perspectiva crítica.
Bajo el lema de construir una educación que fomente el pensamiento crítico, la justicia social y el liderazgo transformador, el Congreso se consolidó como un espacio clave para el análisis de los desafíos educativos actuales y la búsqueda de estrategias para enfrentarlos.
En su sesión de clausura, las palabras de los organizadores destacaron la importancia de concebir la educación no solo como una herramienta de transmisión de conocimientos, sino como un acto de resistencia frente a las desigualdades estructurales y una oportunidad para liderar procesos de cambio social. «La educación crítica es el camino hacia una sociedad más inclusiva, justa y solidaria. Este congreso es un recordatorio de que, frente a los desafíos, la resistencia pedagógica y el liderazgo ético son fundamentales», señaló Dante Castillo, coordinador del Congreso.
Entre las principales conclusiones del Congreso, se destacó el papel de la educación como un acto político y transformador, capaz de cuestionar y enfrentar las estructuras de desigualdad. Al mismo tiempo se reflexionó sobre la necesidad de formar líderes comprometidos con la equidad, capaces de guiar comunidades escolares hacia el cambio social. Igualmente, las y los participantes analizaron cómo incorporar enfoques críticos en las políticas y prácticas educativas para fomentar el pensamiento autónomo y reflexivo.
El evento contó con ponencias de reconocidos expertos internacionales, como el profesor José Eustaquio Romao, quien exploró el rol de los docentes como agentes de cambio, y la académica chilena Solange Gorichon, quien presentó una investigación sobre el impacto de las mentorías en la realidad nacional, proponiendo al mismo tiempo analizar las experiencias de educación popular y resistencia en contextos de alta vulnerabilidad.
Asimismo, se realizaron mesas de trabajo donde se discutieron propuestas concretas para integrar estas perspectivas críticas en los currículos escolares, la formación docente y la elaboración de políticas públicas.
Un camino hacia el futuro
Los organizadores destacaron que las ideas y compromisos surgidos en el congreso no deben quedarse en la reflexión, sino traducirse en acciones concretas. «Este congreso es el inicio de un trabajo sostenido para que nuestras aulas se conviertan en espacios de resistencia, liderazgo y transformación», afirmó Lilia Concha, directora del CPEIP, durante el evento.
El Segundo Congreso Internacional de Política Educativa no solo marcó un hito en la discusión sobre el futuro de la educación en Chile, sino que dejó un mensaje claro: la educación crítica, basada en la resistencia y el liderazgo ético, es indispensable para construir una sociedad más justa y equitativa. Los organizadores ya han confirmado que las conclusiones serán difundidas ampliamente para inspirar el diseño de políticas y prácticas educativas transformadoras.
